viernes, 22 de agosto de 2014

Bangkok


 
BANGKOK NOCTURNA
Es la ciudad donde Buda saluda en todos lados. Atravesada por el río Chao Phraya, que 30 Kilómetros al sur desemboca en la Bahía de Tailandia, Bangkok presenta al turista, santos sepulcros con puntas como agujas, templos exóticos con techos dorados, altos edificios, hoteles palaciegos y una vida típica del mundo tailandés. Aquí hay unas bellezas no encontradas en otros lugares, por su extraño gusto artístico. El turista encuentra intrigas estéticas estudiando sus estatuas gigantescas, de vistosos y mágicos colores, en forma de personajes mitológicos que han pertenecido  a un mundo casi inverosímil. Sólo en el Golfo de Siam, sus exóticos canales y su comercio, entre las balsas y  las empalizadas, son extraordinariamente atractivos, cual atuendos genuinamente orientales.

 
PARQUE LUMPHINI
 
Tuve la ocasión de conocer esta ciudad el 26 de agosto de 1970. Me he alojado en la habitación 602 del Hotel Montien. Se ubica en 54 Surawongse Road, Bangkrak, Ban Rak 10500, en el centro de Silom, a unos 320 metros de la Estación MRT Sam Yan. Está rodeado de jardines paisajistas y sus habitaciones disponen de muebles estilo tailandés. 
 
 
HOTEL MONTIEN

Bangkok tiene un carácter único en el mundo por sus espléndidas pagodas budistas, sus templos de arquitectura inconfundible, con techos que lucen largas colas de dragones y serpientes, y con una rica decoración escultural, llena de formas y de policromías exóticas.

  
 
 







TEMPLO WAT ARUN









GRAN PALACIO

Entre los atractivos de Bangkok están el Gran Palacio de Coronación de Rama I, decorado con incrustaciones de madreperla. Buda está presente en todas partes. Localizado en el centro histórico de la ciudad, es un complejo de edificios que sirvió como residencia oficial del rey de Tailandia, desde mediados del siglo XVIII hasta mediados del siglo XX. Está protegido en parte por el río Chao Phraya y en parte está defendido por una valla de 1.900 metros de longitud que agrupa un área de 218.400 metros cuadrados. Son más de 20 templos que contiene y un museo. Entre ellos están el templo del buda esmeralda; la cúpula de oro, tipo cónica; la torre dorada, piramidal, con sus guerreros de impresionantes colores; una maqueta de gran tamaño del Templo Angkhor Vat de las ruinas de Angkhor en Camboya; y el Palacio Real que está cerrado al público. En todos lados hay infinidad de detalles religiosos o de increíbles, raros y casi monstruosos centinelas orientales, decorados, tallados o pintados en todas las paredes y muros; así como oro, piedras y esmaltes de todos los tonos. Con los reflejos del sol, todo aquello brilla esplendentemente.








WAT PHRA KAEW










TEMPLO BUDA DE LA ESMERALDA

Pagar 0,75 $ para entrar me valió la extraordinaria ocasión de perderme en aquel palacio de fantasías, con sus múltiples puertas, patios, salas, arcadas, pagodas, cúpulas  y obras de inimitable orfebrería. Me extasiaba infinitamente contemplando aquellas paredes bellísimas, incrustadas brillantemente de piedras preciosas. Duré un largo tiempo en el patio principal o Corte de Honor, mirando toda la edificación. Pasé por la Sala de Recepciones, por la Sala Funeral, por la Sala del Trono de los Reyes de Tailandia o Sala de la Coronación.


BUDA ESMERALDA

Luego me dirigí a un santuario lujosísimo, que tiene la forma de un barco y en el cual se alza una pagoda de siete pisos. Entonces,  me llamó poderosamente la atención en el Monasterio de Wat Phra Kaew, la parte donde se encuentra el "Buda Esmeralda", entronado sobre un pedestal de 10 metros de alto. Este templo budista es el más importante de Tailandia, localizado dentro de los terrenos del Gran Palacio de Bangkok. La construcción del templo comenzó cuando el rey Buddha Yodfa Chulaloke, Rama I, trasladó allí la capital en 1785. Contrario a otros templos, no contiene ningún lugar para que los monjes lo habiten, sino que sólo tiene edificios sagrados, estatuas y pagodas con una rica decoración. Este buda en realidad es una bellísima figura de jade verde, vestido con ropaje de oro. Cuenta la leyenda que el Buda de la Esmeralda fue creado en la India en el año 43 a.C. Sin embargo, otra historia afirma que en 1435 un fenómeno luminoso agrietó una vieja pagoda en Chiang Rai, lugar no perteneciente entonces a Tailandia. Las gentes encontraron entonces dentro de la pagoda una imagen de un buda cubierto de escamas doradas, el cual fue conducido a un templo. Un día, ante un golpe, se descamó la parte de la nariz y apareció el color verde. Todo el buda fue descamado y resultó que la imagen brilló en toda su integridad con ese jade. Este buda tiene actualmente tres distintas vestimentas de oro, cada una para las estaciones de verano, invierno y de lluvias, respectivamente. Es el Rey de Tailandia el encargado de cambiarlas. Las dos vestimentas que no están en uso en cada momento se muestran en el Pabellón de Regalia, para que las pueda ver el público.


BUDA RECLINADO

Igual impresión me causó el "Buda "Reclinado" de Wat Po, con sus 14 metros de alto y 46 de largo, uno de los más populares entre la gente de Bangkok.










MERCADO FLOTANTE DE KLONGS









MERCADO DE FLORES

Aunque su nombre traduce "aldea de la ciruela silvestre", Bangkok es conocida como la "Venecia de Oriente", debido al número de canales y vías que dividen al área en parcelas separadas de las tierras. Allí se encuentra uno de los atractivos más renombrados y curiosos de la ciudad: los mercados flotantes. En ese laberinto de canales y afluentes viven y comercia la "gente del río". Tienen sus casas elevadas sobre pilotes entre árboles añejos y sus medios de transporte son canoas llamadas "klongs", donde  sus residentes, con sus coloridos atuendos, venden vegetales frescos, frutas y especies traídos desde jardines tropicales a estos mercados flotantes llenos de ingredientes para la gastronomía thai.











BANGKOK DE DÍA









METRO AEREO

En la tarde he tomado un tour por la ciudad. Bangkok se aprecia como una gran metrópoli que se ha ido desarrollando en un estilo moderno. Ha ido pasando de ser una población tailandesa bastante homogénea a ser una mezcla cada vez más vibrante de la cultura occidental, con grupos procedentes de India y China, dándole una fisonomía cosmopolita. Cuenta con lujosísimos hoteles. Igualmente contiene muchos templos budistas. En los alrededores de varios de ellos se venden telas de seda con motivos sugerentes a las danzas tailandesas. Los monjes en estos templos llevan una vida muy ascética. Visten túnicas naranja y llevan la cabeza rapada, pues están dedicados a la religión budista, que predomina en un 91%. La ciudad es un centro de joyería famoso, donde se compra y vende plata y piezas de bronce.  Uno de los medios de transporte actuales más importantes es el metro aéreo de Bangkok o conocido como Bangkok Skytrain Saladaeng, una línea férrea elevada doble, oficialmente llamado BTS. Pero también existe el sistema de metro, el MRT, que une la estación del ferrocarril del norte Bang Sue con la estación del ferrocarril Hua Lamphong, cerca del centro, pasando por la parte este de la ciudad.










DANZANTES TAILANDESAS









FESTIVAL DE DANZA

En la noche, en un magnífico teatro, he disfrutado de las más curiosas danzas tailandesas. Bellas bailarinas ofrecen expresiones artísticas brillantes y exóticas, tal como uno se las imagina. En ninguna parte había observado un lenguaje tan expresivo en los movimientos de las manos, de los dedos, de las muñecas, de los antebrazos. El vestuario se conforma con sedas tan delicadas y valiosas como tampoco las había visto en ninguna parte. Cada movimiento dancístico expresa muchos sentimientos, muchas emociones, sugieren argumentos humanos, a veces parecidos a rituales misteriosos. Los hombres cubren sus rostros con máscaras de diferentes caracteres, especialmente con imágenes zoomorfas. Las cabezas de las mujeres, en cambio, están bellamente aderezadas con unos atuendos que rematan en relucientes colas de serpientes. Toda la danza sugiere fantasía y profundidad religiosa.


BANGKOK NIGHTIME
Recordaré siempre a Bangkok como una ciudad global, enclavada en el oriente donde, quizá, en medio de la reflexión, se encuentren caminos hacia el nirvana, tal como lo enseñó Buda.