viernes, 25 de julio de 2008

BUDAPEST

PANORAMICA DE BUDAPEST

“París del Este”, “Perla del Danubio”, “Reina del Danubio”. Con estas denominaciones se identifica a Budapest. Conocí esta interesante y magnífica ciudad europea a las 4 y 30 p.m. del jueves 22 de Agosto de 1974. Budapest es una de las urbes más hermosas de Europa.
La historia de esta metrópoli nos lleva a la antigua ciudad romana de Aquincum, fundada en el año 89 sobre el sitio de un antiguo campamento celta, próximo a lo que actualmente es Óbuda. En el año 896 los magiares, ancestros del pueblo húngaro actual, colonizan la región y habitan el valle de Pannonia. Hungría es fundada el año 1000, con el coronamiento de su primer rey Esteban I. La ciudad fue casi destruida por los mongoles en 1241, pero se convirtió en la capital del país en 1361. Con la conquista del país por el Imperio Otomano, Pest cae en manos de los invasores en 1526. Buda, que fue defendida por su castillo, conoció la misma suerte quince años más tarde. Mientras Buda se transforma en base del gobierno turco en la región, Pest es abandonada por sus habitantes. Es durante los siglos XVI y XVIII cuando Pest tuvo un crecimiento enorme, gracias al comercio y al desarrollo combinado de las tres ciudades, Buda, Pest y Obuda. En 1780 el alemán es introducido como lengua oficial por los Habsburgos. La fusión de las tres ciudades toma fuerza por primera vez en 1849 por impulso de un gobierno revolucionario, lo que sería luego revocado, al restablecerse la autoridad de los Habsburgo. La unión de Buda, Pest y Óbuda queda constituida por el gobierno real autónomo húngaro en 1873, después del compromiso austrohúngaro de 1867. En 1900 la población de Pest es más importante que la de Buda y Óbuda reunidas, y la ciudad era la segunda del Imperio Austrohúngaro, tras Viena. Durante el siglo XX la población se multiplicará por veinte, mientras que la de Buda y Óbuda se multiplicará por cinco. Desde 1949 el país fue regido por comunistas, quienes se agruparon en el Partido Húngaro Socialista de los Obreros. En 1956 se anunció el retiro de Hungría del Pacto de Varsovia. El Ejército Rojo ocupó el país y se reinstaló el gobierno comunista. En la década de los setenta, en la época de mi viaje a este país, Hungría se convirtió en la nación más liberal del sistema comunista. Fue el primer país del bloque comunista en abrir sus fronteras a Occidente. En 1989 el Parlamento aprobó los derechos de huelga y manifestación pública. La nación se unió a la OTAN en 1999 y a la Unión Europea en el 2004.



VISTA NOCTURNA DEL PARLAMENTO

Hoy Hungría conserva su cultura a lo largo de su historia que comprende sometimiento y la revuelta contra turcos y austriacos. Su comida, su idioma propio - conocido como magiar - y su música la distinguen de sus vecinos alemanes, eslavos y rumanos.
Después de alojarme en el Hotel Royal, junto con mi familia, en las habitaciones 101 y 110, tomamos un paseo por la ciudad y llegamos al Bastión de los Pescadores. Tal impresión me causó este sitio, que exclamé “Sí, esto, de alguna manera, es cómo Río de Janeiro.” Se trata de una terraza de estilo neogótico y neorrománico, situada en la orilla de Buda del Danubio, en la colina del castillo real de Budapest, cerca de la iglesia de Matías. Se diseñó entre 1895 y 1902. Sus siete torres representan las siete tribus magiares que se establecieron en la cuenca carpatiana en el año 896. Recibe el nombre del grupo de pescadores responsable de defender este enclave de las murallas de la ciudad en la Edad Media Es un hermoso mirador con numerosas escaleras y paseos. Entre el Bastión y la iglesia Matías se alza una estatua de bronce de Esteban I de Hungría a caballo, erigida en 1906.


BASTION DE LOS PESCADORES

¡Que impresionante es Budapest! Es la novena ciudad en tamaño de la Unión Europea. Con sus casi dos millones de habitantes, en esta capital se concentran la política, la economía, la cultura, el espíritu y la gracia. Es un centro industrial, comercial y de transportes. El Danubio, el mayor río de Europa Central, la atraviesa más o menos de norte a sur, separando las llanuras y las colinas, Pest y Buda. Dos tercios de la ciudad ocupan la orilla izquierda del río, es decir, Pest; un tercio la orilla derecha, Buda. Qué fascinantes contrastes observa el viajero en esta preciosa localidad. En las márgenes del río se despliegan los tesoros del Patrimonio de la Humanidad. En lo alto de la colina se erige el antiguo palacio real y la ciudad civil medieval de Buda, agradable y acogedora como una pequeña villa. En frente, en la llanura, se extiende Pest, la ciudad de la libertad y del impulso, con sus oficinas, casas suntuosas y locales mundanos.



PLAZA DE LOS HEROES

En el paseo por la ciudad se pasa por el Puente de las Cadenas. Es el símbolo de Budapest. Es el primer puente permanente entre Buda y Pest. Es el más antiguo de los puentes que une a ambas ciudades y es también uno de los más conocidos sobre el río Danubio. El conde István Szechenyi – que hizo mucho por el país y la ciudad – en Inglaterra vio el puente de cadenas del ingeniero William Clark y le encomendó la preparación de los planes del primer puente permanente húngaro. La ejecución de la obra fue encargada al ingeniero civil escocés Adam Clark. Los trabajos se iniciaron en 1839. El Puente de las Cadenas fue inaugurado el 20 de noviembre de 1849. Los leones que se encuentran en las entradas del puente se deben al escultor Marschalkó János. Al final de la Segunda Guerra Mundial las tropas alemanas dinamitaron el puente. Su reconstrucción se inauguró el 21 de noviembre de 1949, con ocasión del festejo del primer centenario de su construcción.
PUENTE DE LAS CADENAS

CASTILLO DE BUDA

En Pest se hallan los centros comerciales, los bancos, el Parlamento, los ministerios, los teatros, los cines y el Gran Circo de la capital. En su sector norte se encuentran las boutiques más caras y más elegantes de la ciudad. Al norte de la Plaza Vorosmarty, el corazón de la ciudad, y a las orillas del Danubio, se extiende la City, en el sentido londinense del término. Allí está el enorme edificio del Parlamento, de estilo neogótico y copia de Westminster, el Banco Nacional de Hungría, así como la mayor iglesia del país, la Basílica de San Esteban, que tiene cabida para 8.500 personas. La basílica, cuya planta parece una cruz griega, fue consagrada en 1905. En la torre de la derecha se encuentra una campana de nueve toneladas, la más grande del país. En la capilla, ubicada detrás del santuario, se conserva la reliquia más importante de la cristiandad húngara. Se trata de la mano derecha momificada de San Esteban, rey de Hungría y fundador de su iglesia. Uno de los encantos de Pest lo constituye la avenida Andrássy ut, la más grande y más hermosa de la ciudad, que despliega una arquitectura de palacetes y edificios eclécticos, con monumentos pomposos y cafés que le dieron gloria intelectual y artística a Budapest en los albores del siglo XX.


BASILICA DE SAN ESTEBAN



En Buda se integran armónicamente árboles, colinas, bosques, montañas y ricos chalets. Allí están el Monte de la Fortaleza y el Barrio del Castillo. El Monte de la Fortaleza se eleva a 50 metros sobre el Danubio, y se extiende en dirección norte-sur en una longitud de 1.500 metros. Se le compara con una enorme galera de piedra. En su parte norte se encuentra la ciudad cívica, y en el sur el Palacio Real. Son dos partes bien diferenciadas. Este monte es un lugar encantador. Según algunos es aquí donde reside el auténtico espíritu de Budapest. El barrio del Castillo se destruyó casi por completo al final de la Segunda Guerra Mundial. El Palacio Real fue reconstruido por completo después de esta guerra. Se puede disfrutar aquí exposiciones de pintura histórica. En los edificios del Palacio Real se instalaron la Galería Nacional, el Museo de Historia de Budapest, el Museo de Historia Contemporánea y la Colección de Ludwig. También aquí se observan los restos del Palacio Real renacentista, que fue destruido no por los turcos, que lo conquistaron en 1541 por medio de un ardid, sino por las tropas cristianas, al reconquistarlo en 1686.
La Iglesia de San Matías, en la Plaza Trinidad, escenario de coronaciones de varios emperadores, data del siglo XIII, y fue reconstruida en los siglos XIV, XV y XIX. Aquí se destaca su cúpula azulejada, los murales, la vidriera de la parte trasera y los tesoros artísticos situados en el pórtico sur. En esta iglesia se encuentra la tumba del rey Béla III y de su esposa Ana de Antiochia. Tres de los reyes húngaros habrían sido coronados en esta iglesia. Tiene una rica colección de relieves de piedra, de reliquias y de recuerdos de coronación. En su tesorería se puede ver las obras maestras de la orfebrería y también prendas textiles eclesiásticas.



IGLESIA DE SAN MATIAS

Regresamos al Hotel y luego tomamos un tour nocturno hacia el Teatro, para deleitarnos con unas magníficas tradicionales danzas húngaras. Al salir de este espectáculo, pasamos un rato muy agradable en la taberna llamada "Boronzo Sorozo - Aram Hordo Vendeglo", en Buda, donde bailamos y cantamos el "Alma LLanera". El recorrido en bus, finalmente, nos llevó por la Budapest nocturna, iluminada magníficamente en sus principales edificaciones, confirmando así el embrujo de la perla del Danubio. Hay, con esta vista, una peculiar sensación de estar realmente en Europa.




VISTA DEL DANUBIO

sábado, 5 de julio de 2008

PRAGA


ESTATUA DE SAN CRISTOBAL

PUENTE DE CARLOS

Se le llama “la ciudad de las cien cúpulas”, “la ciudad dorada”, “la madre de todas las ciudades”, “el corazón de Europa”. Está ubicada a orillas del río Moldava, tiene un millón doscientos mil habitantes y el núcleo principal de la ciudad está incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1992.
Conocí a Praga o “Praha” en checo, cuando era la capital de la antigua Checoslovaquia. Eran las 8 de la noche del sábado 17 de Agosto de 1974, cuando entraba a esta hermosa ciudad. Me hospedé en el Park Hotel, ubicado en un sector tranquilo y agradable de la urbe. Una tormenta, al comenzar la noche, había arrasado con los árboles y postes de las calles. Al día siguiente, domingo 18, en la mañana, tomamos el city sightseeing o excursión por los lugares históricos y atractivos de Praga. Fue fundada a finales de siglo IX. Se convirtió en el asentamiento de los reyes de Bohemia. La ciudad tuvo un auge en el siglo XIV con el reinado de Carlos IV, quien ordenó la construcción de la nueva ciudad y, durante la dominación austrohúngara, en el siglo XIX, se convirtió en el centro del nacionalismo checo. Su actividad intelectual y cultural brilla con luz propia.



PLAZA DE LA CIUDAD VIEJA



Nos dimos al placer de recorrer la Plaza de la Ciudad Vieja, en la cual se combina una arquitectura que la hace acreedora de esa herencia cultural de la UNESCO. El color rojo de los techos de los edificios de esta zona es muy peculiar. Representa esta plaza el antiguo entronque de rutas, el mercado medieval y el núcleo original de la población. Me parece que, junto con las plazas centrales de Bruselas y de Brujas, ésta es de las que más a mi gusto arquitectónico he conocido en Europa. Está llena de historia. En esta plaza se vivieron rebeliones y decapitaciones en el siglo XVII; aquí se alzaron contra los alemanes los patriotas en 1945; y posterior a mi viaje, aquí se proclamó, en 1990, el retorno del territorio a la democracia. En la plaza está la Iglesia de San Nicolás uno de los símbolos de la ciudad, barroca, de la primera mitad del siglo XVIII, así como el popular edificio del Ayuntamiento. Asimismo, la Iglesia Tyn, se asoma a la plaza, sobre unos edificios de menor porte. La iglesia Tyn es la construcción gótica más notable de Praga, aunque fue terminada y remodelada, en parte, en estilo barroco. Son especialmente llamativos los afilados pináculos de las torres que se asoman a la Plaza de la Ciudad Vieja. En su interior está enterrado Tycho Brahe, un notable astrónomo.



TECHOS CERCANOS A LA

PLAZA DE LA CIUDAD VIEJA



El Castillo de Praga, la Catedral de San Vito, la catedral gótica más antigua de Europa central, y el Puente de Carlos son de los monumentos simbólicos de Praga. Durante la tarde volvimos a realizar este recorrido y nos detuvimos en este puente. Praga es famosa por sus puentes y, éste, en particular, es necesario recorrerlo completamente a pie, para apreciar todas sus estatuas. Allí pude notar que el puente, en todo su recorrido, está lleno, a cada lado, de figuras de santos. Entre otros, se alzan las estatuas de San Ivo, Santa Bárbara, Margarita y Elizabeth, la Piedad, San José y Jesús, San Francisco Javier, Santa Ludmila con el niño San Wenceslao, el Gólgota, Santa Ana, San Cirilo y Metodio, San Juan Bautista, San Juan Nepomuceno, San Antonio de Padua, San Tadeo, San Agustín, San Cayetano, San Vito, y San Cosme y Damián. Especial referencia debo hacer de la estatua de San Cristóbal. Es una emoción, sólo descriptible allí mismo, apreciar este santo, que me recordó a mi ciudad natal. Se yergue imponente, sobre un grueso pedestal, con el niño Dios en su hombro derecho, de tal forma que pareciera recorrer el río Moldava. Porta una capa gruesa a su espalda. Es perfecto el diseño de su musculatura, que afirma su carácter de gigante, y el báculo, en su mano izquierda, lo hace ver más fuerte y firme.


VISTA DEL RIO MOLDAVA

El Castillo de Praga es otro emblema de la ciudad. Es uno de los más notables, suntuosos y alegóricos vestigios del gran pasado histórico, cultural y social de la capital de la República Checa. Fundado en el siglo IX, fue la residencia de los reyes de Bohemia, de los emperadores del Sacro Imperio Romano, de los presidentes de Checoslovaquia y presidentes de la República Checa, desde 1993. En él se encuentran las joyas de la corona de Bohemia. Con 570 metros de largo y 130 metros de anchura media, es considerada la mayor fortaleza medieval del mundo.

VISTA NOCTURNA DEL CASTILLO


La Catedral de San Vito (Katedrála Svatého Víta, en idioma checo) forma parte del conjunto artístico monumental del Castillo de Praga y es la mayor muestra del arte gótico de la ciudad. Desde 1989 se dedicó al culto de San Vito, San Wenceslao y San Adalberto. Ha sido el escenario de la coronación de todos los reyes de Bohemia, y en su interior se encuentran enterrados todos los reyes, santos obispos y arzobispos. La catedral, aunque católica, es, desde su inicio, en el siglo XIV, de propiedad estatal. Este templo es el símbolo de Praga y de toda la República Checa, tanto por su historia tempestuosa, como por su valor artístico. Fue la culminación de las reivindicaciones de los reyes de Bohemia, que quisieron convertir la Diócesis de Praga en Arzobispado. La primera piedra fue colocada el 21 de noviembre de 1344 por el arzobispo de Praga, Ernesto de Pardubice, en presencia del rey Juan de Luxemburgo y de sus hijos, Carlos (futuro Carlos IV de Bohemia) y Juan. Se erigió en el mismo lugar en el que antiguamente se hallaban una rotonda románica y una basílica, dedicadas, asimismo, a San Vito, de las que todavía quedan restos. Pude observar que la fachada oeste está decorada con estatuas de catorce santos, junto la del rey Carlos IV. En las puertas de este sector se representan las vidas de San Adalberto y San Wenceslao. El Rosetón dibuja la Creación. En la fachada sur se destaca la Puerta Dorada, que debe su nombre al fondo rojo y dorado de los mosaicos venecianos, y en ella se representa el Juicio Final. La torre principal, situada en esta fachada sur, tiene 99 metros de altura y está coronada por una cúpula renacentista, construida en 1770. El Altar Mayor fue elaborado entre 1868 y 1873, y es de estilo neogótico, pero conserva detalles renacentistas del siglo XVII. Los relieves de madera fueron realizados entre los años 1625 y 1650. El de la izquierda representa la huida de un rey de un invierno y el de la derecha una vista de Praga del año 1620. También se puede visitar la tumba de San Juan Nepomuceno, construida en plata en 1736. Fue encargada por Carlos VI y financiada por suscripción popular. La dinámica de la obra remarca la apoteosis del santo. En el Panteón Real se encuentran los restos de Carlos IV de Bohemia, sus hijos y su mujer; los del rey Wenceslao IV, Ladislao el Póstumo, Joseph de Poderbrady, Rudolf II y María Amelia, hija de la Emperatriz María Teresa de Habsburgo. Como colofón de esta visita pudimos deleitar la mirada con los hermosos vitrales de la catedral de San Vito. Son de la época de la Primera República Checoslovaca, por lo que parte de su significado religioso contiene un importante simbolismo del estado checoslovaco que, por aquel entonces, acababa de independizarse del Imperio Austrohúngaro. Al obtenerse el financiamiento de la burguesía checoslovaca, se recurrió a los más importantes maestros cristaleros de Bohemia para realizar esta obra de arte. Sobresalientes son los vitrales del presbiterio y los de la Puerta Dorada, que representan el Juicio Final, con referencias a la historia checa.



CATEDRAL DE SAN VITO


Después de terminar a las 5 y 30 p.m. con esta excursión por Praga, en la noche cenamos en un acogedor restaurante en el cual disfrutamos de una presentación moderna y vistosa, llamada “The magic lighter”. Al día siguiente, lunes 19 de Agosto de 1974, me despediría de esta fascinante urbe europea, en la que el pasar de los siglos ha dejado imborrables huellas en su rostro.