ESCUDO DE ARMAS DE LA CIUDAD
Lo primero que noté al llegar a la ciudad es que está amurallada y tiene una serie de fortalezas. Sus calles tienen un estilo muy marcadamente europeo. Son preciosas en su urbanismo y arquitectura. Se nota el orden y el buen gusto por todas partes. Por toda la ciudad había figuras de vacas de diferentes colores. Nos detuvimos en los miradores de la entrada para apreciar la gran belleza de esta ciudad. Me he detenido en el Gran Palacio Ducal, donde asienta en su trono Su Alteza Real, el Gran Duque Enrique I de Luxemburgo, hijo del anterior Gran Duque Juan de Luxemburgo y la Princesa Josefina Carlota de Bélgica. El Palacio hace esquina con una de las plazas más hermosas que he visto en Europa, con redoma de muy apreciada jardinería y torres con reloj, de arquitectura medieval. He disfrutado al máximo al conducir por los barrios y urbanizaciones de Luxemburgo, con el exquisito estilo de sus casas.
CALLE CENTRICA
PALACIO DEL GRAN DUCADO
Nos detuvimos en la Plaza de Armas. Allí se encuentra la Cámara de Diputados y una de las entradas del Gran Palacio Ducal con el escudo en su puerta que retrata un león rojo coronado de dorado. Por la plaza hay una gran variedad de tiendas de muñecas de colección – como no las he visto en otra parte - y de finísimos jarrones chinos. Caminamos por la “Calle de la Reina.” Estuvimos al pie de la estatua ecuestre de Guillermo II y en la plaza de pedestales redondos con la estatua de la Princesa Carlota. Me detuve al pie del edificio de la Presidencia de la Gobernación, Ministerio de Estado, Nº 4, a cuyo pie había unas exuberantes hortensias. Eran las 11:40 am y a esta hora sentía que me encontraba en una de las ciudades más hermosas de Europa.
PLAZA DE ARMAS
De inmediato, entramos a la Catedral de Nuestra Señora de Luxemburgo. Lo primero que vi fue un magnífico fresco de San José, Protector de la Iglesia. En otra pared lateral hay otro fresco del Sagrado Corazón de Jesús. Se aprecia también una placa, de fecha 8 de diciembre de 1963, en la cual se señala que durante el pontificado del Papa Paulo VI y el reinado de la Gran Duquesa Carlota, se dedicó esta catedral a la consolación de los afligidos patronos de la ciudad y de la patria. En el Altar Mayor hay una bella imagen de Nuestra Señora de Luxemburgo, con el Niño Jesús en brazos, y a un costado la representación del escudo arzobispal. Al salir notamos que la Catedral tiene unas torres de altas puntas. Acabamos de conocer en la Plaza Mayor el “Hotel de Ville”, como se denomina la Municipalidad, con dos portentosas figuras de leones en su puerta principal, las fuentes antiguas de que hay en esta plaza y las preciosas casas decoradas con profusas flores en sus ventanas.
DE LUXEMBURGO
INTERIOR DE LA CATEDRAL
ALTAR MAYOR
Ya de tarde, saliendo del downtown, me volví a detener en los miradores amurallados de Luxemburgo, para despedirme de esta magnífica ciudad, que me cautivo por su belleza, estilo y glamour.
LUXEMBURGO NOCTURNA
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