CHALETS EN LUCERNA
MAPA DE LUCERNA
En Suiza es mejor conducir por carretera que por autopista. Se aprovechan mejor los paisajes y el turista tiene la ocasión de detenerse en cada pueblito, en cada cantón, para apreciar con tranquilidad las comarcas y montañas de este hermoso país. Por eso, aunque había cancelado – por obligación - en el puesto fronterizo la cantidad de 200 francos franceses para adquirir una calcomanía para el vehículo, con la cual se tiene derecho a seguir por las vías rápidas, me decidí, acertadamente, a proseguir mi ruta helvética por la carretera nacional.
Pues bien, venía por esta senda desde Zurich hacia Lucerna el día sábado 11 de Agosto de 2001. El trayecto se recorre como en una hora. Mi sueño de joven se estaba volviendo realidad, cuando apreciaba a ambas lados de la vía espléndidas campiñas, con verdes multicolores. Al fondo las montañas llenas de nieve le dan un colorido particular. Lucerna me impactó y cautivó de inmediato, para toda mi vida. Junto con París, es la ciudad que en este itinerario me ha impresionado más.
MAPA LAGO DE LUCERNA
RIO REUSS - CASCO ANTIGUO
La ciudad, más bien de pocos habitantes hoy día, surge al lado del Lago de los Cuatro Cantones, hoy llamado Lago de Lucerna, en el año 700, tras la creación de un monasterio. El nombre latín de “Luciaria” aparecería por vez primera en los registros históricos en el año 840. En mi criterio de viajero, el encanto de la ciudad lo compone una serie de elementos: su arquitectura, sus calles, sus puentes, y como colofón el espectacular Lago de Lucerna. A la vista están los montes Pilatos y Rigi. La ciudad está cortada en dos partes por el río Reuss, que desemboca en el lago. Al llegar al Lucerna ese día, he cruzado la ciudad, y luego he conducido por las márgenes del lago. Al salir de la urbe el paseo por las márgenes lacustre va revelando la maravillosa naturaleza de este cantón. Es un deleite apreciar las aguas tranquilas, de un azul muy intenso, pinceladas con cisnes y veleros multicolores. Una muralla natural brilla, debido a los verdes de variados matices desprendidos de las montañas, de los árboles y de los tupidos bosques que la circundan. Van apareciendo, en el campo aledaño, los típicos chalets de madera, con jardines de profusas flores en sus balcones, que le dan un toque pintoresco a esta campiña. El clima en verano, a pesar de ser algo frío, permite los destellos del sol con más brillo. Remata el paisaje, al fondo, los imponentes Alpes suizos, cuyos nevados coronan este paraíso terrenal. Esta geografía característica ha hecho que en Lucerna también se concentren diversas actividades y eventos que definen la vida cultural y artística de la ciudad.
MEGGEN - LAGO DE LUCERNA
HOTEL BALM MEGGEN
HOTEL BELLEVUE AU LAC
El Lago de Lucerna, algo para perennizar en la memoria, me causó una paz y una tranquilidad, como pocos paisajes han influido de tal manera en mí. Los cisnes, patos, barcos, lanchas de deportes acuáticos, son la diversión de propios y turistas. Decidimos bordear el lago, antes de encontrar alojamiento. Nos detuvimos en un muelle para apreciar de cerca esta magia lacustre y estos paisajes suizos, que evocan cuentos infantiles. A las 5 p.m., junto con mi esposa y mi padre, almorzamos en el Hotel Restaurante Balm Meggen. Excelente comida y atención al lado del lago y en medio de bosques. Una botella de vino de la región daba un gusto particular a la escena. Al no haber habitación en este sitio, continuamos nuestro recorrido hasta llegar al Hotel Bellevue Au Lac, que traduce “Bella Vista del Lago”. El nombre no podía ser más apropiado, porque de las habitaciones que tomamos, las números 116 y 117, se apreciaba toda esta magia paisajística de Suiza, como si la terraza del cuarto fuera un mirador especialmente acondicionado para tal fin. La dirección la anotaría para un próximo regreso: Gund M. Camen Zind, Seeburgstrasse.
SOUVENIR HOTEL BALM
GUEST CARD HOTEL BELLEVUE
FACTURA HOTEL BELLEVUE
Luego de un descanso, paseamos por el centro de Lucerna y recorrimos sus puentes de madera. Estos puentes de sólo circulación peatonal, se llaman el Kapellbruckemit Wassertum y el Spreuerbrucke, respectivamente. De las barandas de cada uno cuelgan unos jardines. Una torre medieval, denominada Torre del Agua o Wasserturm, de piedra y en forma octogonal, ícono de Lucerna, se levanta en medio del río. Uno de estos puentes, el Kapellbruke o Puente de la Capilla, considerado como el más antiguo de Europa construido en madera, está adornado internamente en su techo, en forma de triángulos, con cuadros y pinturas alegóricos a la historia de la ciudad. Este puente se ha incendiado y lo han vuelto a construir. El principal puente para circulación vehicular se denomina el Seebrucke, que lleva a la zona central, conocida como Centrum City. Muy cerca se encuentra la Iglesia de los Jesuitas, el primer templo jesuítico hecho en Suiza, cuyo interior es barroco.
LUCERNA Y SUS MONTAÑAS
KAPELLBRUCKE
PUENTE DE MADERA - DETALLE
Pero la suerte estaba de mi parte en Lucerna, sin saberlo. Nos esperaba un espectáculo que realmente nos tomaría por sorpresa. El deleite de la mirada no sólo sería de día, sino también nocturno. Conduciendo por las calles de Lucerna, ya entrada la noche, de repente, noté que la circulación comenzó a obstruirse. La ciudad se paralizó en todos sus medios de transporte. No había paso desde el Downtown hacia las márgenes del lago. La gente comenzó a buscar su puesto en los malecones. Nosotros no sabíamos de qué se trataba, hasta que nos dimos por enterados que, como todos los años, Lucerna era anfitriona del “Seenachsfest”, así llamado en alemán o del “Summer Night Fireworks”, su denominación inglesa. Es una de las fechas de mayor connotación en el programa del calendario tradicional suizo. Es un festival de fuegos pirotécnicos que constituye uno de los acontecimientos más esperados del año, y uno de los atractivos de mayor deleite para el turismo. Y nosotros habíamos coincidido con él. ¡Qué fortuna! De pronto, durante algo más de una hora, el cielo se viste de gala. Las luces y formas más esplendorosas que uno puede imaginar iluminan las alturas de Lucerna. Los fuegos pirotécnicos trasladan a la noche los vivos colores que se han visto de día. Como en las películas de Walt Disney, cada luz es más encendida y variada que la anterior. Las caprichosas figuras parecen transportar las estrellas al alcance de la mano. En mi vida había visto tanta majestuosidad nocturna.
IGLESIA JESUITA
CENTRO Y LAGO
Amanecer en Lucerna, al día siguiente Domingo 12 de Agosto de 2001, ha sido el despertar de un sueño convertido en realidad. Este es uno de los días más hermosos que he vivido. Salir al balcón de la habitación y contemplar con un sol radiante la vista del Lago de Lucerna, con aquel azul intenso, las montañas de variadas tonalidades verdosas, y en el fondo una hermosa cortina que hacen los Alpes suizos nevados, ha sido un gusto que he experimentado en plenitud. No cambio este embeleso por nada. ¡Qué deleite significa viajar…! Me he despedido de Lucerna este día. Algo de mí ha quedado en este rincón de éxtasis de Suiza. Algún día vendré aquí de nuevo a recogerlo.
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