miércoles, 3 de junio de 2020

El Gran Palacio de Bangkok

MONTIEL HOTEL BANGKOK
Estar en Tailandia es una de las vivencias más interesantes y espléndidas para el viajero. No sólo es una experiencia sin igual encontrarse en un país de tan variados contrastes geográficos, entre la sensación de lo inexplorado de algunas de sus islas y sus coloridos arrecifes de barrera de coral en el Golgo de la Tailandia, llamado también Golfo de Siam, y más allá incluso hacia el Mar de la China Meridional, así como sus extensas playas de arenas blancas, cocoteros y extensos senderos de montañas enclavadas en sus tupidas junglas tropicales, por una parte, y por la otra, la tranquilidad y relax que se encuentra en otras islas con varias escuelas de yoga, reiki y terapias alternativas, con turísticos centros de masajes, playas paradisíacas desérticas, cascadas preciosas, amaneceres, puestas de sol y vistas increíbles.




GRAN PALACIO BANGKOK





CENTINELAS DEL PALACIO
Pero si existe algo que el visitante no puede dejar de conocer es la profusa riqueza espiritual que concentra el budismo theravada, principal religión de Tailandia. El más famoso centro la identidad y fe de los tailandeses es el Gran Palacio de Bangkok, la capital que contiene más de cinco millones y medio de habitantes.
Conocí este Palacio el miércoles 26 de agosto de 1970, tal como indica mi Diario de Viajero. Me había hospedado previamente en la habitación 604 del Montien Hotel Bangkok, ubicado en el 54 de Surawongse Road, Bangrak, pleno centro de la ciudad. Adentrarse en este gran centro palaciego no sólo enriquece la cultura de aprendizaje de lo que es la expresividad espiritual de los tailandeses sino igualmente implica un aprecio por las expresiones arquitectónicas, extraños gustos artísticos, intrigas estéticas y grupos de estatuas y esfinges, algunas gigantescas, pero en todo caso vistosas y de mágicos colores, en forma de personajes mitológicos que han pertenecido a un mundo casi inverosímil.
WAT PHRA KAEW
El Gran Palacio fue la residencia amurallada del monarca tailandés, un exceso monumental y fantasmagórico, cuya construcción inició en 1792, Rama I, El Grande, rey de Siam y fundador de la dinastía Chakri, que reina en Tailandia hasta la actualidad. Con la muerte del rey Ananda Mahidol, Rama VIII, en el Palacio de Baromphiman, el rey Bhumibol Adulyadej, Rama IX, trasladó la residencia oficial al Palacio Chitralada, fuera de El Gran Palacio. Este gran monumento es visitado, como parada obligatoria, por más de 5 millones de turistas al año.
Este complejo arquitectónico se encuentra situado al este del río Chao Phraya, protegido por el mismo. El resto de la estructura se encuentra defendido por una valla de 1.900 metros de longitud que agrupa un área de 218.400 metros cuadrados. Más allá de la valla se encuentra un canal, creado también con propósitos defensivos. Así la zona asemeja una isla, conocida como Rattana Kosin. Los lugares más destacados son el templo Wat Phra Kaew, que contiene al Buda de Esmeralda, y el edificio de estilo renacentista italiano Chakri Mahaprasad Hall.
DETALLES TEMPLO
BUDA ESMERALDA
Nada puede ser más dorado ni estar decorado, tallado y recargado que el laberinto de más de 100 edificios y patios orientales/occidentales del Gran Palacio, que sigue siendo la mayor exposición de arte y de arquitectura tailandesa. Al ir recorriendo con asombro todo el conjunto, el viandante queda absorto ante pagodas soberbiamente policromadas, con puertas rarísimas, custodiadas por increíbles, bellos y a la vez casi monstruosos centinelas. Las paredes son bellísimas, incrustadas, brillantemente, de piedras preciosas. La arquitectura de los ambientes va variando de una edificación y jardín a otro, pero esto es lo que hace de estos monumentos reliquias del arte verdaderamente invaluables. La joya de la corona de todo este Palacio, sin duda, es el Templo del Buda de Esmeralda, (Wat Phra Kaew), templo budista (wat). El nombre completo del templo es Wat Phra Sri Rattana Satsadaram. Es el templo budista más importante de Tailandia, localizado dentro de los terrenos del Gran Palacio de Bangkok. Une simbólicamente el centro espiritual de Tailandia con la antigua sede temporal del país. Al contrario que otros templos, el Wat Phra Kaew no contiene ningún lugar para que los monjes lo habiten, sino que sólo tiene edificios sagrados, estatuas y pagodas con una rica decoración. El templo pareciera tener la forma de un barco, con una constelación de reliquias ornamentales muy lujosas, propias de esa cultura.El edificio principal es el Ubosoth central, en el que se encuentra el Buda de Esmeralda. Parece una pagoda oro, de varios pisos. A pesar de que es pequeño en tamaño es el principal icono religioso del pueblo tailandés.
BUDA DE LA ESMERALDA
Este templo alberga la imagen religiosa más venerada de Tailandia, un Buda sentado de 1,69 metros, esculpido en un sólido bloque de jade semiprecioso, por lo que en realidad no es de esmeralda. Está sentado serenamente en un trono de 10 metros recubierto de oro y los custodian dos antiguos leones de bronce. Este Buda, de una belleza sin parangón, preside la única zona del palacio en la que los devotos y su incienso superan en número a los fascinados turistas.
La leyenda cuenta que la estatua se creó en India, pero que tuvo un largo trayecto antes de llegar a Bangkok. Este buda inicialmente se perdió y posteriormente se redescubrió en el siglo XV.Las fuentes históricas indican que la estatua se encontraba en el territorio de la zona norte de Tailandia, en el reino Lanna, en 1434. Existe un relato sobre su descubrimiento que explica que un rayo golpeó una pagoda en un templo de Chiang Rai, después del cual se hizo visible algo bajo el estuco. Tras la excavación se descubrió el buda, cubierto inicialmente de escamas doradas. Un día, ante un golpe, el Buda se descamó en la región de la nariz y apareció supuestamente la esmeralda. Todo el Buda fue descamado y resultó que la imagen en su integridad dejó ver su color precioso verde, por lo que la gente creyó que la figura estaba hecha de esmeralda (de ahí su nombre). El rey Sam Fang Kaen lo quería en su capital, Chiang Mai, y lo mandó transportado en un elefante. Sin embargo, el elefante que lo llevaba insistió en tres intentos que se realizaron, en llevarlo siempre a Lampang. Esto fue interpretado como una señal divina, y el Buda de Esmeralda permaneció en Lampang hasta 1468, cuando finalmente fue trasladado a Chiang Mai, al templo de Wat Chedi Luang.
TRONO DE ORO DEL BUDA
El Buda de Esmeralda permaneció en ese templo hasta 1552, momento en que volvió a ser trasladado, esta vez a Luang Prabang, capital del reino de Lao. Algunos años antes, el príncipe de Lan Xang, Setthathirath, había sido invitado a ocupar el trono vacante de Lanna, pero también se convirtió en rey de Lan Xang a la muerte de su padre, Photisarath. Volvió a casa llevando consigo la figura del Buda. En 1564, el ya rey Setthathirath lo trasladó a su nueva capital, Vientián.
En 1779, el general Thai Chao Phraya Chakri (Rama I) capturó Vientián y se llevó el Buda de Esmeralda con él a Thonburi. Tras convertirse en el rey Rama I de Tailandia, llevó el Buda de Esmeralda en una gran ceremonia a su actual localización en el Templo del Buda de Esmeralda, el 22 de marzo de 1784. El Buda de Esmeralda en sí mismo es simplemente la estatua de jade, pero está a su vez adornado por unas vestimentas hechas de oro. Hay tres distintas, siendo el Rey de Tailandia el encargado de cambiarlas en una ceremonia en los cambios de estación (alrededor de marzo, julio y noviembre). Las vestimentas, por tanto, corresponden a las estaciones de verano, invierno y de las lluvias.Las dos vestimentas que no están en uso en cada momento se muestran en el Pabellón de Regalia, para que las pueda ver el público.El Gran Palacio de Bangkok es una joya arquitectónica y religiosa de la humanidad. Dios me dio la fortuna de extasiarme con ella.

Oahu, playas y tradiciones polinesias


DANZAS POLINESIAS ANCESTRALES

Si hay un lugar que en mis viajes por el mundo he conocido con el máximo esplendor paradisíaco, con playas de las más preciosas y tranquilas para los bañistas y atrevidas para los surfistas, con tradiciones culturales ancestrales y exóticas, y lleno de lujo y placer para el turista, ese destino es Hawái.  Tuve la ocasión de estar allí los días 5, 6, 7 y 8 de agosto de 1970, según mi Diario de Viajero. Lo feliz y encantado que me sentí en Hawái permanecerá en mi memoria toda mi vida.


PLAYA WAIKIKI

Oahu (en hawaiano Oʻahu) es la isla más poblada de Hawái. La ciudad más grande es Honolulu, la capital del estado. Toda la isla está bajo la administración de la Ciudad y Condado de Honolulú, aunque la ciudad en sí solo ocupa una parte al sureste de la isla. Otros lugares de Oahu con renombre internacional son: Waikiki, Pearl Harbor y Diamond Head.
Oahu está formada por dos volcanes, Waiʻanae y Koʻolau, con un amplio valle entre ellos. La altitud máxima se da en el Mount Kaʻala de Waiʻanae con 1.225 m sobre el nivel del mar. Con una superficie total de 1.545,3 km², Oahu es la tercera isla más grande del archipiélago de Hawái.


DIAMOND HEAD

Su población para el año 2000 era de 876.156 habitantes, un 75% aproximadamente del total del estado. La Ciudad y Condado de Honolulú administra, además del municipio, toda la isla de Oahu y las Islas de Sotavento, excepto el atolón Midway. Hoy en día, Oahu es un destino turístico internacional con más de cinco millones de visitantes cada año, principalmente de los Estados Unidos continentales y de Japón. Multitud de películas y series de televisión se han filmado en la isla, por ejemplo Magnum P.I., Hawaii Five-O o Lost. También es la isla protagonista de la película Descendants.
Oahu significa “lugar de encuentro”. Antaño la realeza hawaiana eligió la playa de Waikiki como el lugar donde levantar sus primeras casas, por entonces modestas.
Como cruce de caminos, en verdad esta isla representa la diversidad étnica de la Polinesia. En esta nota me voy a dedicar a describir dos lugares emblemáticos, que causaron un impacto hermoso en mí: la playa de Waikiki y el Polynesian Cultural Center.


PARADISÍACA PLAYA WAIKIKI

Waikiki es el gran centro turístico de Hawái, situado en la costa sur de Oahu, que concentra el 90% de los hoteles. La playa de Waikiki es una de las más famosas del mundo, pues ofrece sol, playa y surf. En el siglo XIX ya era un lugar de descanso de la familia real hawaiana. El nombre hawaiano Waikīkī significa 'agua drenada' ya que antes estaba rodeada de ciénagas.
Pero si hay algo que identifica a Waikiki, con un sello único, es la abundancia de complejos hoteleros tropicales. La playa es famosa por sus olas, generalmente suaves, con sus exquisitas aguas turquesas y su arena blanca como polvo de talco, y por ser un lugar incomparable para observar gente, teniendo al Diamond Head, cono volcánico al este de la playa y el lugar más emblemático del archipiélago, como telón de fondo. Esos días que estuve en Honolulu, me hospedé al extremo este de Waikiki, cerca de ese cono volcánico, en el Hotel Kaimana, ubicado en la Kalakaua Avenue, con una vista espectacular a esta playa y al mar desde los balcones de la habitación. Yo ocupé la habitación 203.












       DUKE-KAHANAMO















                                                                                      BALCÓN HOTEL KAIMANA


En todos esos hoteles suntuosos y de máximo confort de Waikiki, se sirven, tanto en los restaurantes internos como en los aledaños a la playa, brunch en forma de bufé de más de 200 deliciosos platos que atrae a tanto turistas como familias hawaianas. No falta el pollo kalua envuelto en lau- lau(malanga) hasta el pudín haupia dulce, junto con la comida por excelencia del archipiélago, el spam.   El suculento condumio es acompañado por grupos que interpretan canciones hawaianas clásicas como “Hilo Hattie”, bajo un árbol kiawe que tiene ya varios siglos, mientras bailarines hula hipnotizan con sus ritmos a la concurrencia.


RESTAURANTE HOTEL KAIMANA

Todos los amantes del surf coinciden que si lo deseado son monstruosas olas, hay que dirigirse a la legendaria costa norte, donde desde Haileiwa hasta Kahuku, con la bahía de Waimea, las playas Sunset y Banzai Pipeline, se garantiza los mejores lugares para practicar ese deporte. Ahora, si no se quiere ir tan lejos, pues a 20 minutos de Honolulu están las opciones de la bahía de Hanauma, espléndida media luna rodeada de palmeras y las idílicas Lanikai y Kailua, lugares de fama mundial entre los windsurfistas, a las cuales se llega por la carretera Kalanianaole, que bordea el mar.














  POLYNESIAN CULTURAL CENTER
















                                                                                                     DANZA HAWAIANA


En cuanto al Polynesian Cultural Center, es una atracción sumamente interesante para visitantes que presenta las culturas ancestrales y típicas de la isla de la Polinesia, que cualquier turista debe conocer y apreciar. Este sitio está ubicado en Laie, en la costa norte de Oahu. Está abierto de lunes a sábado, de 11:45 a. m. a 9:30 p. m. Este Centro Cultural Polinesio (de 17 hectáreas) exhibe pueblos auténticos que representan seis culturas únicas de la isla: Hawái, Fiyi, Aotearoa (Nueva Zelanda), Samoa, Tahití y Tonga.














         COLORIDOS RITUALES














                                                                                                 RITMO HULA HULA


Cuando lo visité ya cayendo la tarde y entrando la noche, realmente pasé gratos momentos disfrutando de la abundante historia y tradición de las Islas del Pacífico. Uno se sumerge en el arte y las artesanías prácticas de la Polinesia, mientras pasea por los diversos pueblos y la exuberante opulencia tropical. Se puede tomar una excursión en canoa por la laguna. Si se quiere llevar un magnífico souvenir, en el Hukilau Marketplace se compran tesoros artesanales, vestimenta y joyas temáticos de la isla de Hawái. Tampoco hay que perderse la Alii Luau, que lo transporta a uno atrás en el tiempo, en un viaje de la realeza hawaiana. Esta prestigiosa Luau también ofrece alimentos auténticos de la Polinesia y un fabuloso entretenimiento.














CANTOS Y TAMBORES















                                                                                                     BAILES DE TONGA


Pero sin duda alguna, el espectáculo central es la presentación en canoas y en las lagunas principales de las danzas y ritmos hawaianos y polinesios, de las seis culturas que mencionamos anteriormente. Es algo que quedará grabado en mi mente como uno de los shows con los cuales más me he deleitado como viajero. Al finalizar la tarde igualmente se puede disfrutar del espectáculo Breath of Life, que presenta bailarines samoanos quienes hacen malabares con cuchillos y fuego.














     MOVIMIENTOS POLINESIOS

















ESPLENDOR DE VESTUARIOS


Definitivamente, en Oahu quedé imbuido de la magia polinesia, con sus exquisitos ingredientes para el paladar, con sus encantos marinos, con sus diversas riquezas naturales, con las atenciones de confort para el viandante y con su legado autóctono de sus celestiales islas.

domingo, 19 de agosto de 2018

Canales de Amsterdam

"LA VENECIA DEL NORTE"

He tenido la fortuna de recorrerlos en dos oportunidades. En la primera, en Agosto de 1974, caminé por sus márgenes, apreciándolos entre sus reflejos y la arquitectura particular de sus casas aledañas. En la segunda ocasión, en agosto de 2001, tomé un recorrido expreso en embarcación para deleitarme con mayor interés.




 CANALES CON CASAS FLOTANTES



                                                                           CANALES ESTRECHOS

Se trata de cinco semicírculos concéntricos de canales bordeados de olmos y de 160 canales más pequeños conectados a aquellos, con un total de 1.281 puentes, todo lo cual constituye un centro histórico en forma de abanico. Este conjunto fue declarado en el 2010 por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.


HERENGRACHT

Desde los canales se aprecian formidablemente las casas y almacenes que fueron construidos por lo mercaderes en el siglo XVII, cada casa con cuatro o cinco pisos, muchas de ellas estrechas, ya que en su momento la tierra era escasa y los impuestos inmobiliarios eran considerables. En el Canal de los Caballeros o Herengracht, quizás el más emblemático, se ubican las casas de los comerciantes más ricos y las personas más influyentes.



              BARRIO JORDAN


                                                                             CANAL JORDAN

El canal del Emperador o Keizersgracht es el segundo más importante, con 31 metros de ancho. Allí se ubican, entre otras fachadas, la Casa de las Cabezas, construida en 1622, que debe su nombre a seis bustos tallados de dioses griegos que representan a Apolo, Ceres, Marte, Minerva, Baco y Diana. Sin embargo, una leyenda popular afirma que hacen referencia a seis ladrones a los que una dama sorprendió en su casa y les cortó la cabeza. Actualmente es la sede de la Oficina de Protección de los Monumentos.



 CASA DE LAS CABEZAS

El Canal del Príncipe o Prinsengracht es el más largo. A sus orillas, en el número 267, se encuentra la Casa de Ana Frank. Por estas aguas igualmente se aprecia la Westerkerk o Iglesia del Oeste, construida entre 1620 y 1631, de estilo renacentista holandés, combinado con ladrillo y piedra. Su campanario, con 85 metros de altura, es un símbolo de la ciudad, pues lleva en lo más alto la corona de Maximiliano I de Austria.



            CASA DE ANA FRANK


                                                                           CANAL DEL PRINCIPE
                                                                   CON LA WESTERKERK

Los canales de Amsterdam, la “Venecia del norte”, con sus casas flotantes, sus jardinerías que los circundan, su arquitectura de fachadas de singular identidad, sus puentes, sus monumentos, y el brillo nocturno de sus antiguas farolas, son el llamado a un paseo estupendo para sus visitantes.


                           CASAS FLOTANTES

lunes, 16 de julio de 2018

Una noche en Zagreb


                                          Plaza Ban Jelačić

Isaac Villamizar
Corría el ocaso del 23 de Agosto de 1974 cuando, procedente de Budapest, arribé a Zagreb, capital de Croacia, en aquel momento integrante de la República Federativa Socialista de Yugoslavia. Eran las 6:40 pm al momento en que me encontraba en la entonces Plaza República, hoy renombrada como Plaza Ban Jelačić, ubicada en el casco antiguo de Zagreb. En aquella época Croacia tenía la marcada influencia de Josip Broz Tito. Quizás se debía al hecho que este mariscal militar había nacido nada menos en Kumrovec, a 61 Km de Zagreb.
Esta ciudad es milenaria, pero con espíritu joven. Las alianzas, invasiones y catástrofes han marcado su evolución, su arquitectura y su geopolítica. Pero aún conserva murallas renacentistas, construcciones neogóticas y hermosos parques. Zagreb es hoy el centro económico y científico de Croacia, y a la vez es una encrucijada estratégica de Europa Central, el mediterráneo y los Balcanes.
Por ser tan tarde, no pude sino disfrutar un rato de la Plaza Ban Jelačić. Es el espacio central entre la ciudad alta y la ciudad baja. Cuando la conocí, antes de la independencia de Croacia, se llamaba Plaza República, pero después de la separación de Yugoslavia retomó su nombre, en homenaje a este destacado general del imperio austríaco, quien intervino en la abolición de la servidumbre en Croacia, por lo cual se le considera héroe nacional. Existe en la plaza una estatua ecuestre de este personaje. Es un sitio de reunión del turismo y excursiones, y una zona peatonal. Representa esta plaza el centro comercial y financiero de la ciudad. De noche es muy iluminada y transitan por ella los tranvías.
Después de esta corta visita, me alojé en el lujoso Hotel Intercontinental Esplanade Zagreb, en la habitación 43, según tengo anotado en mi diario de viajero. Ubicado en el corazón de la ciudad, en Antuna Mihanovica 1, este hotel está rodeado de suntuosas edificaciones, parques muy coloridos con fuentes y tiendas subterráneas. Muy cerca está la estación central de trenes y un jardín botánico. Este hotel posee una delicada combinación de patrimonio Art Deco con toques contemporáneos. Partiría yo muy temprano al día siguiente hacia Trieste y Venecia. Me quedó una deuda con Zagreb, para conocer con detalle su catedral, de donde yerguen dos torres esbeltas, dedicado su interior a la Asunción, a San Esteban y San Ladislao. Hubiera querido conocer la iglesia de San Marcos, en el viejo Zagreb, en cuyo techo están pintados los escudos de Croacia, Dalmacia Eslavonia y Zagreb. Me hubiera encantado entrar a su Palacio Arzobispal y recorrer su famoso mercado verde Dolac, así como visitar su Teatro Nacional.
Este es el recuerdo de mi breve paso por Croacia y Zagreb. Tal vez algún día vuelva a sentir la hospitalidad de los agramitas, sus pobladores. Iré a aprender un nuevo nudo de corbata, pues este término proviene etimológicamente de “croata”, pues allí se encuentra Potomac, la fábrica más antigua de esta prenda masculina. Una evocación de lo juvenil y lo elegante.